Ven procesos como inversión porque están encaminadas al desarrollo. Significa sacar a la unidad de una situación de informalidad.
En un mundo donde los negocios se tornan cada vez más competitivos, la capacitación es básica para sobrevivir, pero también para expandirse y lograr nuevos mercados, especialmente para las micro y pequeñas empresas (mypes).
Las certificaciones, aquellos documentos que acreditan un determinado nivel de capacitación, eran prácticamente de exclusividad de las grandes empresas. La realidad cambió completamente esa percepción.
En ese sentido, las pymes comprendieron que deben contar con las herramientas necesarias para no ser aves de paso en el mercado y convertirse en grandes empresas, participando activamente en el crecimiento económico del país.
“Los procesos de certificación demandan tiempo e inversión. Muchas pymes se animan a asumirlo, pero en el camino aparecen diversos problemas que obligan a muchas a quedarse en el camino, ya sea porque el tema no es su prioridad o porque fundamentalmente el mercado al cual se dirigen no se los exige”, afirma el profesor de la Universidad Católica Sedes Sapientiae César Villar.
No obstante, agrega, hay empresas que ven los procesos de certificación de otra manera, porque ya están encaminándose hacia el siguiente rango de desarrollo empresarial.
“Además, sus proveedores les exigen superar estas etapas para formar cadenas productivas. La motivación está en el mercado, cuando ello ocurre, las pymes lo ven como una necesidad”, asevera.
El proceso
El especialista comenta que los interesados en estos procesos deben contar con suficiente tiempo para poder cumplir con los cronogramas establecidos.
“Obviamente, el costo beneficio es importante, porque esto significa llevar a la empresa de una situación de ‘informalidad’ a una enmarcada dentro de la ley en todos sus aspectos”, manifiesta Villar.
Agrega que este proceso lleva a un nivel de exigencia que significará nuevos costos para la empresa, aunque ello se compensa con el trabajo eficiente para minimizar precisamente estos gastos relativos.
“Las certificaciones no solamente buscan normalizar a las empresas sino también hacer lo mismo con sus procesos. La nueva gestión empresarial se dirige a aquellas acciones que generen valor al cliente. Si ello no es posible, entonces el proceso ocasiona sobrecostos”, asegura.
Tipos de pymes
Las pymes pueden clasificarse en dos clases. El primero comprende las que son de subsistencia, que son aquellas empresas que cuentan con menos de nueve máquinas. El segundo tipo de pymes son las que tienen hasta un tope de 40 máquinas, y pueden ser consideradas con capacidad de acumulación.
En el primer caso será necesario realizar una evaluación de la capacidad emprendedora del gestor, pues muchas veces estas empresas que suelen agruparse en pequeños grupos se convierten en maquilas.
“Pero los empresarios pueden ir más allá de eso. Buscar mejorar su producción, trabajar en conceptos como marketing y diseño, de tal forma que generen un mayor valor agregado que les permita competir en mejores condiciones”, puntualiza.
El sector en cifras
En nuestro país, aproximadamente nueve de cada 10 empresas son aquellas conocidas como micro y pequeñas empresas (mypes). Estas unidades mantienen al 60% de la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada.
En la actividad productiva, de acuerdo con el Censo Manufacturero de 2007 elaborado por el Ministerio de la Producción (Produce), el 96.7% son mypes. Estas empresas generan el 63% de los puestos de trabajo; ya que existen en total 111 mil 348 establecimientos a escala nacional.
La primera etapa del Programa de Fortalecimiento de Empresas Líderes del Subsector de Confecciones de Lima Norte se realizó de marzo de 2010 hasta mayo de 2011.
Proyecto universitario
La Universidad Católica Sedes Sapientiae, mediante el Centro de Apoyo al Sector Empresarial (Cease), desarrolló el Programa de Fortalecimiento de Empresas Líderes del Subsector de Confecciones de Lima Norte, que permitió la certificación de nueve pymes de este sector en esta zona de Lima.
La implementación del proyecto se inició con la convocatoria y preinscripción de 80 pymes dentro del ámbito del proyecto. Así, se evaluaron a 20 de ellas para finalmente trabajar con nueve que fueron las que obtuvieron la certificación correspondiente.
Las empresas participaron en diferentes actividades de capacitación, asesoría y coaching (entrenamiento). Además, complementaron su capacitación con talleres de coaching de liderazgo.
En ese contexto, el sector textil –y específicamente el subsector de confecciones de prendas de vestir– son las actividades con mayor dinamismo económico y de generación de empleo. Por eso, las empresas de confecciones ostentan el primer lugar dentro de las manufactureras (21%).
Datos
El 52% de los establecimientos manufactureros existentes en el Perú se ubica en Lima y está conformado por empresas de menor tamaño.
De acuerdo con el Censo Manufacturero, las micro (93.5%) y pequeñas empresas (3.2%) son la gran mayoría en este sector; sin embargo, solo el 0.4% está constituido por medianas y grandes empresas.
Las mypes del subsector confecciones están constituidas como persona natural de negocio (43%) y, en menor medida, como persona jurídica (17%). Sin embargo, el 39.6% no tiene identificación y está principalmente en Lima.