Escribe: Alexander Müller, economista.
Muchos han cuestionado la rebaja del IGV de 19% a 18% porque tendrá un efecto negativo en la recaudación a corto plazo. En principio, debe considerarse que según la teoría económica toda decisión de política tributaria necesita evaluarse en función de 4 criterios básicos: eficiencia, equidad, simplicidad y neutralidad. En ese marco, el incremento de la recaudación per se no debería ser un objetivo de la política tributaria.
El Manual de Política Tributaria del Fondo Monetario Internacional explica los criterios mencionados, los cuales resumo a continuación.
El Manual de Política Tributaria del Fondo Monetario Internacional explica los criterios mencionados, los cuales resumo a continuación.
- Eficiencia: Debe minimizarse la distorsión que causan los impuestos en las decisiones de producción, consumo e inversión de los agentes económicos. Generalmente, a mayores tasas impositivas, mayor distorsión.
- Equidad: Personas con riqueza similar deben recibir el mismo tratamiento tributario (equidad horizontal); y personas con mayor riqueza deben pagar más impuestos que las demás (equidad vertical).
- Simplicidad: Mientras más complicado sea un sistema tributario, más costoso será para los contribuyentes y el Estado pagar y recaudar impuestos, respectivamente. Estos costos deben minimizarse.
- Neutralidad: Debe procurarse que el patrón de ingreso fiscal sea estable a través del tiempo para que el Gobierno tenga predictibilidad sobre sus recursos. La idea es poder calzar ingresos tributarios con gasto público.
La rebaja del IGV cumple todos los criterios. Se mejora la eficiencia porque una tasa de 18% genera menos distorsión en la asignación de recursos que una de 19%. Se obtiene una mayor equidad porque el IGV es un impuesto regresivo (grava a ricos y pobres por igual); por ende, una disminución en la tasa reduce su impacto. También se logra una mayor neutralidad porque se reduce la dependencia del IGV. Además, el Impuesto a la Renta (la otra gran fuente de ingresos) es más fácil de predecir porque su recaudación está concentrada en pocos contribuyentes. Por último, el criterio de simplicidad no se afecta porque lo único que cambia es la tasa.
Por otro lado, es cierto que rebajar el IGV va en contra del principio de adoptar políticas macroeconómicas contracíclicas. Evidentemente, la economía se encuentra en ciclo expansivo. Así, rebajar impuestos es como echar leña al fuego con riesgo de quemarse. Sin embargo, también es cierto que es poca leña (S/. 2,000 millones, lo que el Estado dejará de recaudar anualmente, equivale a 0.5% de la demanda interna) y no hay mucho fuego (en 2011 y 2012 el PBI crecerá 7%, ligeramente por encima del potencial). Por eso, rebajar el IGV es una medida con fundamento técnico.
Por otro lado, es cierto que rebajar el IGV va en contra del principio de adoptar políticas macroeconómicas contracíclicas. Evidentemente, la economía se encuentra en ciclo expansivo. Así, rebajar impuestos es como echar leña al fuego con riesgo de quemarse. Sin embargo, también es cierto que es poca leña (S/. 2,000 millones, lo que el Estado dejará de recaudar anualmente, equivale a 0.5% de la demanda interna) y no hay mucho fuego (en 2011 y 2012 el PBI crecerá 7%, ligeramente por encima del potencial). Por eso, rebajar el IGV es una medida con fundamento técnico.