Traducción: Alexander Perales Candiotti.
China manifestó a las llamadas Cuatro Grandes firmas contables; que entreguen el control de sus operaciones a los socios chinos, lo cual trae nuevas preocupaciones para los inversores, tras una serie de escándalos contables en las empresas chinas.
Estos cambios podrían colocar a los ciudadanos chinos a la cabeza de los afiliados de las cuatro grandes y garantizar que la mayor parte de los socios de las firmas sean chinos, incrementando las tensiones entre China y las autoridades de Estados Unidos sobre la supervisión de las firmas contables y las empresas que auditan en China.
Las nuevas reglas, efectivamente, trasladarán el control de la contabilidad de las empresas Chinas a los socios locales y no a los extranjeros; los cuales fueron traídos para ayudar a construir las mismas hace ya 20 años; y que todavía ocupan cargos altos. Eso podría causar además una serie de problemas como: dificultad para encontrar suficientes trabajadores locales con la experiencia necesaria para ejecutar las operaciones, así como el traslado de los mismos; complicando los esfuerzos para tranquilizar a los inversores; por la ola de problemas contables y controles que plagan las empresas chinas.
La decisión del gobierno chino es "una medida fuerte sobre el control de la función de auditoría realizada en China", dijo Jacob Frenkel, un ex abogado de la Comisión de Mercados y Valores (SEC); y que en la actualidad ejerce en la práctica privada. Asimismo manifestó que se presenta "una oportunidad para nuevos abusos y preocupaciones" sobre la calidad de las auditorías en China. "El gobierno chino tendrá que dar al resto del mundo la seguridad de que las cuestiones planteadas acerca de la función de auditoría en China, son cuestiones que interesan a las autoridades chinas también".
El Ministerio de Finanzas de China ha puesto límites en cuanto a la cantidad de socios en las filiales chinas de las Cuatro Grandes - Ernst & Young, KPMG, Deloitte Touche Tohmatsu y Pricewaterhouse Coopers - Considerando además a aquellos contadores públicos colegiados con calificaciones obtenidas en el extranjero. Ese número no debe ser mayor al 40% al finalizar este año y menos del 20% a finales del año 2017. Además, un ciudadano chino debe dirigir cada una de las operaciones de las firmas chinas en un plazo no mayor a los tres años.
Dos de las empresas dijeron que apoyan el cambio y están preparados para ello. PricewaterhouseCoopers dijo en una declaración de que ha "enfocado activamente esta práctica China al invertir fuertemente en el desarrollo del talento local y la promoción de los socios locales en los últimos años. "
Ernst & Young dijo; que las nuevas medidas están en línea con su estrategia actual y que su negocio "esta bien posicionado para esta transición”. Por otra parte, KPMG y Deloitte no proporcionaron ningún comentario.
Los problemas contables han aparecido en docenas de empresas chinas en el pasado año y medio, causando la caída de las acciones de algunas empresas. Lo cual ha dañado la reputación de las firmas de auditoría en el mercado chino, incluyendo a las cuatro grandes, debido a que éstas firmaron en los libros de aquellas empresas, antes de que los problemas fueran descubiertos. En algunos casos, las firmas de contabilidad renunciaron a clientes y desautorizaron sus propias auditorías anteriores; después de que encontraran problemas contables ó empresas que les impedían investigar los problemas.
Esos problemas y la negativa de China a permitir a sus firmas contables locales a cooperar con las autoridades reguladoras de Estados Unidos o a ser inspeccionadas por estas; se ha convertido en un importante punto de disputa entre China y los EE.UU. La SEC ha tomado acciones legales contra los afiliados chinos de Deloitte; por negarse a entregar los documentos de auditoría, que la SEC quiere en relación con dos clientes de Deloitte, los cuales están siendo investigados. Deloitte ha dicho que las estrictas leyes chinas; le impiden hacer eso y que se encuentra atrapado entre conflictos de intereses de dos gobiernos. La SEC de China se abstuvo de responder a estos comentarios.
Además, China hasta el momento se ha negado a permitir que los inspectores de Estados Unidos evalúen, en el país, el trabajo de las firmas de auditoría contable; que auditan empresas comerciales de Estados Unidos, aunque las entidades reguladoras han dicho que están logrando progresos hacia un acuerdo que permita eso.
La oposición en la supervisión de contabilidad, es un aspecto de la tensión entre los EE.UU., considerado el poder económico más importante del mundo, y China, la cual cuenta con una economía de más rápido e importante crecimiento, debido a que China busca un papel más importante en el escenario global. Los dos países también se han enfrentado por la valoración de la moneda china y sus subvenciones de empresas de propiedad estatal que compiten con empresas extranjeras, entre otros temas.