Hoy más que nunca se reafirma la frase que la contabilidad además de ciencia es fiel expresión del “lenguaje de los negocios”. Estando a que la actividad empresarial se desarrolla en más de un Estado o país, podemos expresar que la información financiera y económica de cada unidad de negocios debería estar lo más estandarizada posible, ello permitirá que los distintos usuarios tanto especializados como aquellos que no lo son, puedan adoptar decisiones teniendo en cuenta una información cada vez más comprensible, objetiva, oportuna y adecuadamente valuado a precios de mercado.
Los negocios actuales traspasan las fronteras con suma facilidad. La cadena de valor empresarial se construye en más de una economía, inclusive las organizaciones empresariales utilizan formas empresariales estratégicamente diseñadas que les permitirán obtener los mejores resultados con la máxima satisfacción de las necesidades de las personas demandantes de sus bienes y/o servicios producidos.
Efectivamente, hoy los negocios se inician en un determinado país y terminan en cualquier otro; las unidades empresariales que se forman en cada uno de los países tratan de otorgar el máximo valor a su actividad productora de beneficios con costo idóneo. Estamos ante organizaciones que buscan socios estratégicos es cada país, esas son las llamadas unidades empresariales socias o empresas vinculadas.
Inclusive desde el punto de vista fiscal, los sistemas tributarios de cada país refuerzan su estructura con la finalidad de captar la adecuada riqueza que se crean en ellos y, por ende, la renta que se produce en su jurisdicción. Este perfeccionamiento de los sistemas tributarios es necesario puesto que los negocios son enteramente globales.
Ante esta realidad empresarial los negocios ubicados en distintos países tienen que producir una información financiera-económica que tenga un lenguaje entendible, comprensible, ordenado, uniforme y de bases similares a los usuarios de dichos países o regiones. Esta información homogénea permitirá visualizar con adecuada objetividad la magnitud y presencia de las unidades empresariales en este mundo global.
En realidad podemos afirmar que la armonización no es más que el resultado de las grandes corporaciones internacionales, que buscan orientar sus procesos hacia el logro de objetivos que tienen que ver no sólo con sus ganancias y ahorros económicos sino también con el intereses general comunitario de los países en los cuales tiene participación.
En tal razón, podríamos decir que el tema es más complejo si se mira la existencia de las diferencias económicas y financieras que caracterizan el sistema y realidad internacional. Estas diferencias se hacen notables especialmente a los países emergentes y en vías de desarrollo, es claro que la pretensión de grandes corporaciones internacionales perfilan estos modelos hacia el logro y consolidación de sus intereses económicos, por ello, su contenido tiene que establecer una fuerza vinculante de los Estados, para que en forma comunitaria decidan el logro de objetivos: económicos, jurídicos, sociales, contables y que deberá estar mediada por la legitimidad, la integración, la cooperación, la coordinación, como requisitos indispensables para que el desarrollo comunitario se dé efectivamente y que podamos estar ante un lenguaje universal de los negocios.
Tener una información financiera-económica armonizada, pasa por plantearse que los principios contables de aceptación general, se sigan fielmente de tal manera que aporten en forma efectiva a los propósitos de alcanzar transparencia en la información. Los recientes escándalos mundiales validan claramente esta apreciación. Tales serían los casos de los costos en que tendrían que incurrir las organizaciones empresariales cuando accedan al mercado internacional de capitales y que por lo tanto deberían adecuarse a las correspondientes normas, aquí el tema de la normalización toma vital y fundamental importancia, nos encontramos que las empresas, que por lo menos hoy, o en el inmediato futuro pueden llegar con algunas posibilidades a las bolsas internacionales, ya sean de productos, valores o cualquier productos que tenga valor en la economía. Esto se puede lograr desarrollando una contabilidad que tenga principios, políticas y prácticas de aceptación generalizada y de alcance mundial.
Sin duda alguna, estamos ante una mundialización de la contabilidad. Los espacios cada vez son más estrechos y debemos contar con una información financiera-económica cada vez más estandarizada, donde el profesional contable de cualquier país pueda desarrollarse en cualquier país. La profesión contable se convierte así en una especialidad altamente competitiva, de gran utilidad para la sociedad ya que contaría con profesionales globales, que puedan desarrollar su ciencia y arte con adecuada solvencia en cualquier parte del mundo. Por ello, la estandarización y la armonización contable se yergue como uno de fundamental importancia y valor en este mundo globalizado.
Como consecuencia de lo expuesto, no queda ninguna duda que nuestro país que hoy nuevamente es considerado como en los años 50´s del siglo pasado la “estrella del sur” del continente se verá fortalecido en su crecimiento y desarrollo, en la medida que sus unidades empresariales tengan una información financiera-económica que sea estandarizada y armónica con sus pares del mundo.