martes, 10 de julio de 2012

“La calidad del empleo no responde a las capacidades de la juventud”

Carlos Eduardo Aramburú, catedrático de la PUCP, explica que la inserción de los jóvenes en el mercado es la clave para la reducción de la pobreza.
La pobreza se ha reducido a 27.8% en el 2011, según el último reporte del INEI. La Cámara de Comercio de Lima, por su parte, estima que al cierre del 2012 esta cifra puede reducirse a 27% y, para llegar a este escenario, el Marco Macroeconómico Multianual al 2015 resalta la necesidad de un crecimiento sostenido de la economía a una tasa anual de 6%.

Entre estas cifras, sin embargo, los actores que harán realidad esta lucha contra la pobreza no sobresalen. Para Carlos Eduardo Aramburú, antropólogo y catedrático de la PUCP, el reto de los próximos diez años para ganar esta lucha es la generación de empleo de calidad. En entrevista para Gestion.pe, Aramburú explicó las tareas pendientes para lograrlo.

Modificaciones
En marzo, se introdujeron tres cambios importantes en la metodología del INEI para la Encuesta Nacional de Hogares, instrumento principal para medir la pobreza en el país. Uno de ellos se relaciona con nuevas proporciones en el peso urbano-rural y las edades. “Perú es una sociedad que está envejeciendo”, afirmó. La población que más rápidamente crece en el país es la adulta-joven, entre 18 y 29 años, y una de sus demandas cruciales es el empleo.

Formando desempleados
El Perú está recibiendo una gran presión del mercado de trabajo, no solamente porque muchos jóvenes están ingresando a él, sino porque las mujeres están reconfigurando este escenario. “En los últimos quince años, la actividad económica femenina creció al 4.4%, mientras que la masculina a menos del 2.1%”, detalló el catedrático. “Las mujeres que antes no trabajaban ahora están más educadas, son más independientes y se casan más tarde”.

Aquí, el reto más importante viene con el bono demográfico: mucha gente joven en edad de trabajar, que tiene menos niños y pocos dependientes adultos mayores. “Si hubiera pleno empleo para los jóvenes, la capacidad de ahorro e inversión permitiría al Perú crecer rápidamente”, aseguró Aramburú.

No obstante, “la calidad del empleo no está respondiendo a las capacidades de la juventud del punto de vista educativo”, advirtió. A pesar de que más de un tercio de los jóvenes tiene educación técnico-superior, la gran mayoría trabaja en puestos de poca especialización: vendedores ambulantes, colectores de micro o mozos de restaurante.

Otro dato preocupante es la articulación del mercado futuro con la formación técnica y profesional de este sector demográfico. “El Perú tiene más universidades per cápita que Estados Unidos: tenemos un montón de carreras y estamos formando desempleados”, señaló el especialista.

Sector privado
Los sectores que más empleo crean, como el turismo, la agricultura, la manufactura y los servicios, carecen de una adecuada productividad. De ahí que no sobresalgan como otras actividades que generan mayores ingresos fiscales, como es el caso de la minería. “Solo el 0.8% de la PEA laboral –menos de una por cada 100 personas en el Perú– depende la minería”, señaló.

¿Cómo revertir esta situación? Aramburú retomó el tema de la educación. “Si actualmente hay mucha gente trabajando pero produciendo muy poco, se deba a dos factores: los bajos niveles de formación de esta parte de la PEA y el poco capital invertido por trabajador”, finalizó.