viernes, 10 de mayo de 2013

Recaudación tributaria del impuesto a la renta cayó 8,2% durante el 2012


La Sunat informó que resultado se debió a la tendencia a la baja de las exportaciones mineras. Sin embargo, el consolidado del año fiscal fue positivo.


Pese al contexto económico mundial que está afectando a las exportaciones peruanas, las proyecciones de recaudación de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat) son positivas para este año: la entidad espera captar S/.93 mil millones al cierre del 2013; 10,5% más que lo conseguido en el 2012.

El ente recaudador precisó que lo captado por el fisco en el año pasado fue de S/.84.131 millones.

Tania Quispe, jefa de la Sunat, detalló a El Comercio que la estrategia a llevar a cabo se concentrará en ampliar la base tributaria en el mercado interno, debido a que buena parte de las exportaciones -sobre todo las mineras-, y los precios internacionales del cobre, oro, gas y petróleo están reportando una tendencia a la baja que viene desde el 2012.

La tendencia que menciona Quispe también se ha sentido en el primer trimestre de este año, pues las exportaciones se contrajeron 17,3%, lo que implica US$2.066 millones menos de ingresos por este rubro. Aún no se ha definido el impacto que esto tendrá en la recaudación final del año.

Al resultado del 2012 también se sumó la conflictividad social que experimentan los principales sectores extractivos.

Un ejemplo claro de lo que está ocurriendo se puede ver en la recaudación por Impuesto a la Renta (cerrada el mes pasado) que se obtuvo en el año fiscal 2012: S/.26.890 millones. Esta cifra fue 8,2% menor a la del año previo.

“El objetivo de la Sunat es obtener una recaudación por gestión directa a favor de la base tributaria de S/.12 mil millones el 2013, lo que implicará superar en S/.3 mil millones lo que se consiguió el año pasado”, destacó Quispe.

Por cierto, este sistema de recaudación por gestión directa logrará un máximo histórico durante estos doce meses, como se puede observar en la infografía que acompaña esta nota. Solo para tener una referencia, en el 2007 la recaudación por gestión directa sumó S/.2.952 millones. Los resultados han cambiado radicalmente en el último quinquenio.

“No solo estamos ampliando la base tributaria con nuevos contribuyentes, sino que estamos logrando que se disminuya la brecha de evasión”, explica la funcionaria de Sunat.

El ente recaudador dirige sus estrategias a Lima y a ciudades de provincia donde el movimiento económico ha ido creciendo en los últimos años. Por ello se han creado intendencias regionales en Cajamarca y Ayacucho, y se implementará una en Madre de Dios hacia junio próximo.

En cuanto al número de contribuyentes, la idea es que este crezca en 8% el 2013 frente al 2012, lo que permitirá llegar a los 6,3 millones de peruanos.

“Hoy por hoy estamos expuestos a los problemas que presenta la minería desde el año anterior y la reducción de exportaciones que ya hemos mencionado, así que la ampliación de la base tributaria es necesaria”, señala Quispe.

En esto coinciden los economistas consultados por este Diario. Sobre un detalle, sin embargo, llaman la atención: era necesario establecer esta estrategia desde hace mucho tiempo atrás.

¿TIEMPO PERDIDO?
El economista Juan José Marthans señala que la política de recaudación de los tres últimos gobiernos debió impulsar una reforma del Estado que permita hacer frente a crisis económicas internacionales como las que ocurren ahora

“Desde hace cinco años, por lo menos, varios economistas han señalado que se debe reorganizar el sistema de recaudación, pero ninguno de los Gobiernos ha hecho nada al respecto”, comenta.

Según Marthans, la recaudación comienza a caer con la reducción de los precios de los “commodities”, algo de lo que se hablaba con insistencia. Añade que la gestión estatal ha sido reactiva en lugar de propositiva y que aunque lo que se está haciendo ahora es lógico, se ha perdido la oportunidad de hacerlo antes.

Al respecto, César Álvarez, profesor principal de Centrum Católica, sugiere que el Gobierno invierta en infraestructura -la brecha asciende a cerca de US$80 mil millones- para generar movimiento económico en zonas del país que hasta ahora estuvieron en la informalidad, lo que en consecuencia ampliaría la base tributaria.