La integridad de la información financiera es vital para generar confianza y asegurar el desarrollo de los mercados de capitales. Sin la confianza necesaria no habría inversiones, ni financiamiento, tampoco fusiones o adquisiciones. Un factor clave para la integridad de la información financiera es la conducción de auditorías independientes de estados financieros, cuyo objetivo es brindar una certeza razonable -aunque no absoluta- de la razonabilidad de los estados financieros preparados por la gerencia de la compañía.
Para ello, el auditor independiente emite una opinión sobre si los estados financieros -en todos los aspectos materiales- están presentados razonablemente en conformidad con las Normas de Información Financiera. Si bien el informe del auditor es la culminación de su trabajo, tal informe está basado en la responsabilidad de tres grupos diferentes -aunque interrelacionados- en la cadena de reporte de la información financiera.
En primer lugar, la gerencia de la compañía, que tiene la responsabilidad primaria por la integridad de los estados financieros. Además, la gerencia es responsable de implementar y mantener el control interno sobre el reporte financiero y evaluar periódicamente su efectividad operativa.
En segundo lugar está el comité de auditoría del directorio, el cual ‘supervigila’ el proceso de reporte financiero, incluyendo el control interno del mismo, y mantiene una relación estrecha con el auditor externo. Y en tercer término está el auditor, que emite un informe de auditoría independiente sobre los estados financieros anuales de la compañía. Como parte de su trabajo, el auditor debe ejecutar su labor con un sano escepticismo profesional, y no debe dudar en cuestionar planteamientos hechos por la gerencia, cuando estos contradicen las evidencias o el juicio mismo del auditor.
El escepticismo profesional del auditor es fundamental para su objetividad, e incluye una mente cuestionadora y una evaluación objetiva de la evidencia de auditoría.
Cuánta evidencia será suficiente, o qué tipo de evidencia deberá ser obtenida, dependerá del juicio del auditor, quien debe ejercer un adecuado criterio para interpretar los resultados de una prueba de auditoría o la evaluación de una
evidencia.
Cada encargo de auditoría significa un conjunto de retos para la firma auditora, pues no hay dos compañías exactamente iguales. La auditoría independiente representa una labor compleja y una gran responsabilidad, que no solo se basa en el dominio técnico, sino en una mente escéptica y en la voluntad de ejercitar un buen juicio profesional. La labor de los auditores independientes es hoy en día más importante que nunca, pues ayuda a brindar la confianza necesaria en la integridad de la información financiera, factor fundamental para los inversionistas, el mercado de capitales y el desarrollo económico del país. (Jorge Medina Méndez / Country Managing Partner - Ernst & Young Perú)