miércoles, 6 de febrero de 2013

"El sistema tributario está desfasado y debe ser revaluado"


Orlando Marchesi, socio de la auditora PwC, señaló que las altas multas a las empresas son la herencia de un pasado en el que la recaudación era mínima, lo que incentiva la evasión, sobre todo entre las más pequeñas. La situación se agrava con la adopción de las NIFF.

Adaptarse a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) no será una tarea fácil para las empresas peruanas, principalmente para las pequeñas y medianas, pues no cuentan con la capacidad instalada para poder administrar el proceso. Así lo aseguró Orlando Marchesi, socio encargado de impuestos de la auditora Pricewaterhouse Coopers-Perú (PwC).

Por ello -aseguró el especialista-, es necesario que el sistema tributario les otorgue un poco más de tiempo y sea más “condescendiente” con las multas, que llegan a ser demasiado “severas”, sea cual sea el tamaño de la empresa. De lo contrario, al ver afectados sus presupuestos, muchas empresas –sobre todo las más pequeñas– optarían por cambiar de razón social para no pagar las sanciones.

“Las multas deben ser reducidas a montos razonables”, dijo Marchesi. Y agregó: “Creo que el sistema sancionador podría revaluarse y poner las multas en un nivel donde convenga más a los contribuyentes subsanar que cerrar la empresa y abrir otra para evadir sus impuestos. Por ejemplo, las multas no deberían ser más del 10% del tributo omitido, pues si se tiene que pagar el 50% y la mayoría es informal, el nivel de evasión seguirá siendo grande”, explicó.

En ese sentido, explicó que el régimen tributario actual se encuentra “desfasado”, pues parte de una época (la de los noventa) en que la recaudación era muy baja (alrededor del 8%), por lo que era necesario aplicar multas de esa magnitud. “Lo que sí ha mejorado es que, dentro del proceso de fiscalización, al subsanar y pagar, te dan un 95% de descuento, cuando antes era solo de 70%”, detalló.

Anotó que el SPOT (Sistema de Detracciones) es el escenario donde las empresas cometen más errores. Si una de ellas no hace la detracción, recibe una multa del 100% del monto no detractado, además de subsanar el error. Además, los fondos donde se depositan las detracciones pueden ser congelados por la administración tributaria.