Escribe: Luis Alberto Arias Minaya / Economista - INDE Consultores.
El problema tributario peruano es la existencia de tasas elevadas con baja recaudación. En el caso del impuesto al valor agregado (IVA), denominado IGV en el Perú, la tasa de 19% es una de las más altas del mundo. El promedio de tasas del IVA en América Latina es 14.4% y en el mundo 15.7%.
El IGV es un impuesto regresivo, y en el caso del Perú, de acuerdo con el estudio de Haughton, uno de los más regresivos.
Por otro lado, en un sistema lleno de exoneraciones, el IGV pagado incrementa los costos, lo cual genera severas distorsiones. Finalmente, un IGV elevado contribuye, junto con muchos otros factores, a mantener la informalidad en niveles elevados. Por estas razones es recomendable que en el mediano plazo nos fijemos como objetivo tener una tasa equivalente al promedio internacional (alrededor del 15%).
Si bien existe consenso en el objetivo de mediano plazo, la principal dificultad para alcanzar dicho objetivo es de qué manera razonable podemos conseguirlo. Una bajada abrupta de cuatro puntos porcentuales del IGV generaría un forado fiscal de S/. 6,200 millones anuales (1.5% del PBI).
Por ello, una estrategia adecuada es ir reduciendo gradualmente la tasa junto con medidas de ampliación de la base gravada por el IGV, como por ejemplo la reducción de exoneraciones (regionales y sectoriales) y la reducción del ámbito de aplicación de los regímenes especiales (como los aplicados a los pequeños contribuyentes).
Se argumenta que reducir exoneraciones es inviable, pero igualmente habría que identificar fórmulas creativas para lograrlo: la aplicación temporal de tasas menores a la tasa general es una buena estrategia empleada en otros países, como es el caso colombiano.
En este contexto, la propuesta del actual gobierno de reducir la tasa del IGV en un punto porcentual (de 19% a 18%) nos parece una medida en la dirección correcta, aunque lo ideal sería acompañarla con algunas de las medidas de ampliación de la base señaladas. No obstante, el contexto macroeconómico en el que se aplicaría la medida permitirá minimizar la pérdida de recaudación, la misma que se estima en 1,550 millones de soles anuales. Esta menor recaudación será largamente compensada con impuestos permanentes:
- El incremento de las importaciones que se espera para el 2011 permitirá recaudar por lo menos S/. 2,000 millones adicionales.
- El impuesto a la renta de los sectores distintos a la minería aumentará en al menos S/. 1,000 millones, por mayores utilidades de las empresas.
- El IGV por operaciones internas aumentará en al menos S/. 1,400 millones por mejoras en la demanda interna.
- El aumento de otros recursos, algunos de ellos volátiles, será de al menos S/. 1,600 millones.
Es decir, en el 2011, la recaudación aumentará en al menos S/. 6,000 millones, basada principalmente en ingresos permanentes, lo que largamente compensará el efecto de la reducción de tasa.