A diferencia de la Cepal y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sí incrementaron sus estimaciones del avance del PBI para este año, el BCP considera que existen factores que jugarían en contra de una significativa aceleración: caída de la inversión minera, retrasos en grandes proyectos de infraestructura, caída de la inversión pública por cambio de autoridades, elevada capacidad instalada ociosa en diferentes industrias y señales aún mixtas en el mercado laboral.
"El sector minero creció 27% en el primer semestre del 2016 debido a la mayor producción de cobre (51%), oro (7%), plata (16%) y molibdeno (22%). En el segundo semestre el crecimiento de la minería se moderaría a alrededor de 11% debido a que la producción de cobre crecerá casi a la mitad de lo registrado en la primera parte del año", precisó.
El banco indicó que el principal riesgo a la baja para el crecimiento del PBI no primario para este año sería una mayor desaceleración del sector Servicios. "Mientras
que la mayoría de ramas de servicios se desaceleraba, con un comportamiento más similar al de comercio, los servicios financieros y telecomunicaciones sostuvieron el crecimiento del sector servicios entre 2014 y el primer semestre del 2016. Sin embargo, la moderación del crecimiento del crédito y un menor impulso de la competencia tarifaria en el desempeño de telecomunicaciones imponen riesgos a la baja para dichas ramas", agregó.
MENOR INFLACIÓN Y TIPO DE CAMBIO A LA BAJA
El BCP consideró que la inflación cerrará el 2016 con una tasa alrededor de 3%, por debajo del 3.5% que esperaba previamente. "Las menores presiones al alza en los precios de los alimentos y la menor depreciación anual del sol explican la desaceleración más rápida de la inflación", enfatizó. Asimismo, para el 2017 revisaron su nuestra proyección de inflación de 2.7% a 2.5%,
También confía en que el BCR mantenga inalterable su tasa de interés de referencia durante los próximos meses, teniendo en cuenta que el descenso de la inflación se ha dado más rápido de lo esperado y que la demanda interna aún es débil para ejercer presiones inflacionarias.
Por último, revisó a la baja su estimación del tipo de cambio para el cierre de año, pasando de S/3.50 a un rango entre S/3,38 - S/3,43.
"La expectativa de que las tasas de interés internacionales seguirán bajas ha generado un influjo de capitales a mercados emergentes en búsqueda de rendimientos atractivos", agregó.