Al igual que en el 2014, las proyecciones de crecimiento de laeconomía peruana para este año se corrigieron a la baja. Y, nuevamente, volveremos a crecer por debajo de nuestro potencial.
Aunque las razones fueron muchas, la notoria caída de la inversión privada se convirtió en pieza clave para la consecución de tan desalentadores resultados.Frente a ello, un sinnúmero de desafíos y retos se asoman como alternativa de solución de cara al próximo año. Pero, ¿deberíamos esperar que el 2016 sea mucho mejor que el año que está por despedirse? Los economistas Juan Mendoza y Roberto Abusada responden el respecto.
LA PERSPECTIVA DE JUAN MENDOZA
Desde la óptica del economista Juan Mendoza Pérez, la respuesta es negativa porque los factores de riesgo son mucho más que los positivos, por lo que la tasa de crecimiento tendería a reducirse.
lPara empezar, el coordinador del Área de Macroeconomía y Políticas Económicas del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (UP) refiere que la razón fundamental tiene que ver con la caída de los precios de los metales, básicamente la del cobre y oro.
“Creo que el 2016 no pinta bien porque es improbable que el precio del cobre se recupere de manera importante. Es cierto que nadie sabe lo que va pasar, pero creo que eso es difícil, dado que lo que impulsaba el precio del metal y de otros commodities era el crecimiento de China, que ahora está intentando no crecer sobre la base de inversión pública y comercio, sino más bien, por su mercado interno, algo que no nos favorece”, detalla.
Pero hay más. Y es que, a pesar de la recuperación, aunque lenta, de EE.UU. y Europa, lo que pase con nuestros vecinos de la región, se convierte en otro factor de riesgo para la economía peruana, pues se trata de otro mercado de importancia para nosotros.
Tal como explica el economista, a la caída de Brasil se suman los choques negativos que se desprenden del menor precio del petróleo que afecta a Colombia y México. “En ambos países la cosa es más seria, porque son productores de petróleo, cuyo precio se ha derrumbado y la perspectiva para el 2016 es que va a seguir bajando. Normalmente, sería una noticia excelente pero para la región, y para el comercio regional no es bueno porque estos países se van a desacelerar”, añade.
Para Mendoza Pérez, todos estos factores juegan en contra de laeconomía peruana. El experto también es de los que piensan que, a estas alturas del partido, hay poco margen de maniobra en términos de política económica, por lo que habría que esperar a ver lo que sucede después de las elecciones presidenciales.
Por lo pronto, espera que la sociedad civil en su conjunto exija propuestas concretas a quienes aspiran al sillón presidencial, no solo con relación a medidas de corto plazo sino –y sobre todo– a medidas concretas respecto a lo que piensan hacer con las reformas estructurales que necesita el país para retomar el camino del crecimiento.
“Lo que uno espera son propuestas inteligentes y concretas, porque es un momento muy importante para el país. Este es un punto de inflexión y si no hacemos nada, no vamos a tener el viento a favor que viene del exterior y vamos a resignarnos a tasas de crecimiento mediocres, probablemente entre 2% y 3%, como en estos dos últimos años”, sentencia.
LA VISIÓN DE ROBERTO ABUSADA
Aun cuando el panorama externo no es visto con buenos ojos por muchos, debido a su probable impacto negativo en la economía peruana, todo depende del cristal con el que se mire.
Así, para el director del Instituto Peruano de Economía (IPE) Roberto Abusada Salah, pese a lo que sucede en otras latitudes, hay razones suficientes para ser optimistas respecto al futuro de nuestra economía el próximo año.
Considerado uno de los think tanks más importantes en materia de política económica, el experto piensa que las ventajas competitivas del Perú están relativamente intactas, no solo porque su macroeconomía está fuerte, sino porque existen innumerables proyectos de infraestructura, de minería y energía que dependen, básicamente, de que el Estado los acompañe de una manera más decidida.
“En realidad todo va a depender, por un lado, de lo que suceda con la inversión privada. Y, en segundo lugar, de lo que pase en el ámbito político. Si es que se ve, o no, voluntad en quien gane para tener un mayor liderazgo que le permita emprender algunas reformas importantes”, anota.
En ese sentido, considera que el tema va más allá de las famosas trabas burocráticas y de los problemas sociales. “La burocracia y la administración del Estado han llegado a una situación tan crítica que, no queda otra cosa más que una reorganización y reordenamiento de todo el sistema administrativo. Ya no es posible mantener un TUPA para cada provincia o institución. Van a tener que ser unificados para evitar que los gobiernos subnacionales se eroguen facultades que no tienen”, afirma.
Frente a esos temas de fondo, Abusada Salah sostiene que todos estos problemas tendrán que estar en la agenda de quien resulte elegido presidente el próximo año.
“Es cierto que la política ha degenerado tanto que lo que se diga en la campaña casi no importa y, hasta cierto punto, hay una suerte de competencia para ver quién es más populista. Pero, felizmente no existe ningún candidato con posibilidades de ganar que tenga inclinaciones distintas a lo que hoy en día son los pilares básicos del esquema económico que nos rige”, afirma convencido de que a pesar de que “hay bastante ruido político, una vez que tengamos la primera vuelta detrás de nosotros, la inversión privada podría darnos una sorpresa positiva”.
Sobre el impacto que tendría la reciente decisión de la FED de subir la tasa de interés de referencia, y la caída de los precios de los commodities, el economista señala que en el primer caso ha sido positivo el incremento, pues se estaba generando demasiada incertidumbre en el mercado.
Por el lado de los commodities, la condición de país minero de bajo costo del Perú podría jugar a favor, dado que, después de que en muchos lugares del mundo empiecen a cerrar algunas minas, nuestro país sería el llamado a atraer esas inversiones, pues al tener menores costos, dichos proyectos mineros –aun con precios bajos– seguirían siendo rentables aquí.
Así las cosas, el 2016 pareciera ser mejor para Abusada. “Antes, el potencial de crecimiento del Perú era 6,3% o 6,5%. Ahora es más cercano a 4% y no hay razón para que no lo logremos. Las razones que lo impiden son fundamentalmente internas como la incertidumbre, falta de reformas y de liderazgo; pero el nuevo gobierno tiene que tomarlas en cuenta para crecer, en promedio, 3,8% pero no en función de grandes reformas sino de proyectos y de algunas obras de infraestructura grandes. Solo eso va a añadir un punto a lo que va a ser el crecimiento de este año que seguramente estará entre 2,7% y 2,8%”, concluye.e 2% y 3%, como en estos dos últimos años”, sentencia.