martes, 17 de noviembre de 2015

LA AUDITORÍA PROSPECTIVA

La NORMA INTERNACIONAL DE AUDITORIA, NÍA 701, establece una declaración de Negocio en Marcha en la que concluye que “el uso de la base contable de negocio en marcha por parte de la administración, en la preparación de los estados financieros es apropiado. “Esta conclusión es producto de un trabajo realizado por el auditor acerca de los hechos futuros que pueden ocurrir y que el auditor debe detectar en base a procedimientos de auditoria explicados en sus papeles de trabajo.


La auditoría, desde su inicio, ha desempeñado un importante rol  en el desarrollo comercial, en la internacionalización y globalización  de los mercados ,así como en el crecimiento económico mundial, al brindar confianza a los usuarios de los Dictámenes de  los Auditores Independientes, sin embargo las necesidades de los distintos usuarios de los Dictámenes de Auditorías han cambiado al aparecer nuevos factores que explican el valor del negocio de las entidades y no limitarse, éstos, a los datos financieros y ahí empieza un tremendo problema de los auditores para poder satisfacer la necesidad del mercado por este trabajo, sin embargo la profesión ha reaccionado activa e inteligentemente actualizando la NIA 700 y 701 estableciendo más responsabilidades a los auditores que deberemos opinar sobre el futuro de la empresa como un negocio en marcha.

En ese sentido, la profesión contable ha diseñado el DICTAMEN DEL AUDITOR INDEPENDIENTE de acuerdo a la NIA 701 en la que en uno de sus párrafos se consigna lo siguiente “Negocio en Marcha. Los estados financieros han sido preparados utilizando la base contable de negocio en marcha. El uso de esta base contable es apropiado a menos que la administración tenga la intención de liquidar la empresa o detener las operaciones, o no tiene otra alternativa realista más que hacerlo. Como parte de nuestra auditoria de los estados financieros, hemos concluido que el uso de la base contable de negocio en marcha por parte de la administración en la preparación de los estados financieros, es apropiado.

La administración no ha identificado una incertidumbre material que pueda dar lugar a una duda significativa sobre la capacidad de la empresa de continuar como un negocio en marcha, y por consiguiente no se revela en los estados financieros. Con base en  nuestra auditoria  de los estados financieros, tampoco hemos identificado dicha incertidumbre material. Sin embargo, ni la administración ni el auditor pueden garantizar la capacidad de la empresa de seguir como negocio en marcha”.

Obviamente nadie puede garantizar que los negocios vayan bien siempre, pero si se puede afirmar sobre el trabajo realizado ,ya declarado en el párrafo que nos ocupa,  que la empresa actúa como negocio en marcha durante el periodo revisado y sobre un horizonte más o menos razonable.
En este sentido, el auditor debería efectuar diversas pruebas sobre el planeamiento de la empresa a corto y mediano plazo, revisando la consistencia del negocio y procurando establecer las actitudes gerenciales saludables sobre la gestión del riesgo, previendo las situaciones que podrían presentarse en el mercado que permitan su continuidad como negocio en marcha. La solvencia de la Gerencia para tomar las mejores decisiones en la planificación del negocio serán evaluadas por el auditor con suficiente capacidad y suspicacia profesional infiriendo las diferentes situaciones que podrían presentarse y que deberían estar previstas en la gestión del riesgo dentro del planeamiento gerencial.

La confianza que brinda el auditor a la comunidad empresarial debe satisfacer las necesidades de los distintos usuarios de los dictámenes de auditoria cubriendo los elementos que explican el valor del negocio de las entidades adicionalmente a los datos financiero. El funcionamiento eficiente del mercado depende de la información que debe ser relevante, fiable, comprensible y comparable, que permita una adecuada toma de decisiones. 

Los usuarios del dictamen de auditoria necesitan, información , entre otros,  sobre la estrategia de la entidad, el sistema de control interno y el proceso de identificación, análisis y gestión de los riesgos asociados al modelo de negocio de la empresa; sometiendo a auditoría tanto la información empleada por la dirección para su gestión de los riesgos, como los resultados de dicha gestión, evolucionando, por tanto, desde la perspectiva actual de una auditoría sobre una situación financiera a una revisión que también incluya la auditoría del sistema de gestión de riesgos y eso se encuentra plasmado en la NIA 701 en el párrafo de negocio en marcha.

Para incrementar, por tanto, la transparencia y calidad de la información financiera deberá incluirse una nota a los estados financieros en donde se revele los distintos tipos de riesgo (de mercado, gestión de la financiación y riesgo de liquidez, de crédito, operativos y de cumplimiento, estratégicos y comerciales, entre otros) a los que se enfrenta la entidad auditada, así como los niveles de riesgo (límites) que la entidad considera razonable asumir.

Igualmente las medidas preventivas y las previstas para mitigar el impacto de los riesgos identificados, en caso de que lleguen a materializarse e información sobre la sensibilidad de la cuenta de resultados ante cambios teóricos en sus variables críticas.

En tal sentido, el valor de la NIA 701 es obligar a revelar, como parte de la situación financiera futura de la entidad, donde daremos confianza no solo sobre los resultados, sino sobre los riesgos asumidos para conseguirlos. No solo sobre la posición financiera, sino sobre el desempeño global del negocio y no solo sobre información retrospectiva, sino sobre información prospectiva. 

Dr. Carlos Sandoval Aliaga CPC
Docente de Posgrado 
Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Financieras
Universidad San Martín de Porres
Noviembre 2015