El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó hoy las previsiones de crecimiento de Argentina de 2.2% a 2.4% para este año respecto a lo estimado tres meses atrás, mientras que redujo las de Perú (de 3.5% a 2.7%); Colombia (de 2.3% a 2%); Chile (de 1.7% a 1.6%), y Venezuela (de -7.4% a -12%).
Las cifras suponen una actualización de los pronósticos económicos para la región de su informe de “Perspectivas Económicas Globales” divulgado en abril pasado, y se enmarcan en la ralentización estimada para América Latina en 2017, para cuando se prevé una expansión de 1%.
“En Argentina, la recuperación tras la recesión del año pasado está consolidándose, gracias al estímulo que el consumo privado recibe del repunte gradual del salario real, y la inversión está respaldada por el crecimiento incipiente del crédito y el aumento del gasto en obra pública”, indicó Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del Fondo en el blog de la institución.
Werner destacó, además, que “la depreciación reciente del peso ayudó a corregir la sobrevaloración de la moneda y, junto al repunte de la demanda de Brasil, podría impulsar el crecimiento de las exportaciones” de Argentina.
Por su parte, redujo las previsiones de Perú (de 3.5% a 2.7%) debido “al comienzo lento” del año 2017 como consecuencia “del escándalo de corrupción de Odebrecht y las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por El Niño”.
También rebajó las de Colombia, de 2.3% a 2%, en el marco de “un oportuno endurecimiento de la política monetaria” que ha permitido, a juicio de Werner, “una desaceleración económica de forma ordenada” a medida que “la demanda interna -en particular la inversión- se ajusta al shock permanente del ingreso nacional relacionado con la caída de los precios del petróleo”.
La reducción de Chile es más leve, del 1.7% al 1.6% para este año, algo que Werner achacó “a unas perspectivas más moderadas en torno al consumo público y privado, vinculadas con la mayor debilidad del mercado laboral y la prevista desaceleración del gasto público de este año”.
Un caso más extremo es el de Venezuela, que ve agudizada su profunda crisis económica con un contracción del 12% para este año frente al -7.4% anticipado en abril, marcada por “las disminuciones proyectadas en la producción y la importación de petróleo, además de la mayor incertidumbre relacionada con la crisis política reinante”.
“Si las condiciones de vida continúan deteriorándose, la crisis humanitaria de Venezuela podría salirse de control, aumentando así la cantidad de personas que migrarían a países vecinos”, advirtió Werner.