Escribe: Jorge Zavaleta Periodista. El Peruano.
La crisis económica del norte industrializado y el expectante balance de China y algunos de sus vecinos motivan, en casi toda América Latina y el Caribe, el retorno al proyecto de integración, y en nuestra subregión, incidiendo en Unasur y la CAN, con el evidente liderazgo del presidente Ollanta Humala Tasso y su homólogo ecuatoriano Rafael Correa.
Esta nueva etapa tiene una mirada menos ideológica, más pragmática, para participar del irreversible proyecto global del libre comercio. El esfuerzo incluye, ahora, integración energética, de infraestructura, turismo, lucha contra el narcotráfico, para atacar la pobreza y la exclusión de un continente más inequitativo del planeta, según el coeficiente Gini.
Recordemos que en su primer mensaje a la Nación el presidente Humala puntualizó la posición de su gobierno en el contexto latinoamericano en los siguientes términos: "Ratifico mi compromiso de desarrollar una política exterior multilateral de cara a nuestra región que tanto ha cambiado en la última década. La integración en el marco de Unasur y la Comunidad Andina de Naciones será la línea principal de acción".
En este contexto, el Jefe del Estado puso énfasis en la necesidad de fortalecer el principio de la solución pacífica de los conflictos y en estrechar la cooperación en la lucha contra el narcotráfico a partir de una Cumbre Presidencial Regional Antidrogas.
En este rumbo, Ecuador con Rafael Correa es uno de los más dinámicos y convencidos promotores del fortalecimiento de la CAN y de Unasur. Sobre la base de una economía con proyecciones de crecimiento relativamente favorables, es posible superar la constante crítica de las oligarquías locales, que en uso del legítimo derecho a la libertad de opinión tratan de desviar el centro de la problemática interna.
El Perú y Ecuador han alcanzado un grado de integración mutua sólido y ambas naciones no pierden la esperanza del retorno de Venezuela a la Comunidad Andina (CAN) y que México y Panamá se incorporen como observadores al proyecto de integración más antiguo de Latinoamérica. También crece el consenso para reorganizar el Parlamento Andino, institución anquilosada, cuyos acuerdos no tienen carácter vinculante. El ideal es la unión de sus seis miembros iniciales: Colombia Ecuador, Bolivia, Perú, Venezuela y Chile.
En forma paralela y con mayor expectativa viene actuando Unasur, con su secretaría pro tempore en Quito. Los doce países suramericanos han expresado su preocupación por la economía y la agenda social de la región. Se están dando reuniones sectoriales de los bancos centrales, de ministros de Economía y Hacienda para ver propuestas sobre producción y empleo en un contexto de devaluación de las monedas nacionales y del propio dólar americano.
El presidente de México, Felipe Calderón, se suma en el diseño. En Cusco, organismos vinculados a políticas sociales abordarán la agenda de desarrollo social para combatir las asimetrías, tarea a la que se han incorporado el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa de Unasur (CEED) en Buenos Aires (Argentina) y el Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (ISAGS) en Río de Janeiro (Brasil).
Asimismo anuncia un nuevo modelo de arquitectura financiera con proyección regional. El objetivo es contribuir a superar de conjunto entre las naciones del área los efectos de la crisis económica en los Estados Unidos.
Dentro de este liderazgo ecuatoriano, resalta el proyecto Yasuní, como parte una política sostenible para frenar el cambio climático y promover las energías renovables de la región de mayor biodiversidad del mundo. Los fondos estarán destinados a: Protección de 40 parques nacionales ecuatorianos. Las tierras entregadas a comunidades indígenas son un 38 por ciento de la superficie ecuatoriana.
El Tratado de Kioto expira en 2012 y debe ser sustituido por un nuevo acuerdo a ser discutido en diciembre en Copenhague, pero no incorpora a los mayores contaminadores, Estados Unidos y China. La iniciativa ecuatoriana de Yasuní es respaldada por varios premios Nobel. Al Gore, en el foro "Por un Perú Verde", mencionó en Lima que la biodiversidad que posee esta región no tiene paralelo en el mundo. Sin embargo, reconoció que esta diversidad también nos hace más vulnerables a los efectos del cambio climático.