jueves, 20 de noviembre de 2014


Las empresas están cambiando, la función de auditoría interna se transforma


La profesión de auditor interno se está transformando seguramente al mismo ritmo que lo están haciendo las compañías a las que sirven. Esto es, más rápido que nunca.

En los últimos meses se han venido incrementado, de forma significativa, los requerimientos para una función que ha tenido un desarrollo asimétrico en las compañías españolas, y que en cualquier caso se encuentra ahora en primera línea.

Para este nuevo reto se deben encontrar preparadas tanto las compañías como los equipos de auditoría interna.

Hace unas semanas escuchamos a Richard Chambers, presidente y CEO de The Institute of Internal Auditors (IIA), señalando la necesidad de comenzar cambiando la imagen interna de la función. Pasos sólidos que ayuden también a desarrollar la carrera profesional de los equipos al mismo tiempo que aportan.

Me ha parecido interesante recoger en este post las sugerencias del presidente del IIA, y añadir algunos de mi cosecha en la misma línea, con motivo de las Jornadas Anuales del Instituto de Auditores Internos, que se celebrarán en Madrid los días 18 y 19 de noviembre.

1. La visión estratégica del cambio

Dice Chambers  que la transformación debe estar precedida por el compromiso, y a mi juicio tiene mucha razón. Uno no necesita una brújula si no sabe a dónde se dirige. No persiga las modas, identifique áreas de valor.

Mostrar que “otras cosas” y “otras formas de trabajar” son posibles y de mayor valor, son buenos comienzos. Fije una hoja de ruta con proyectos específicos que hagan visible la nueva dirección que se quiere tomar y plantee un camino para evolucionar hacia la nueva dirección.

2. Invierta en las relaciones

Si queremos ser asesores de confianza, deben ganarse la confianza. Las relaciones con la organización no solo las debe cultivar el director de la función. Todo el equipo debe ser partícipe. Decida cuándo será el día cero de este cambio.

3. La importancia de informes de auditoría interna

Cambie el formato de los informes. Los cambios formales son importantes. Ser factual no está reñido con aportar más análisis, información externa de valor o resaltar puntos fuertes. Las recomendaciones deben partir del conocimiento profundo y el análisis de resultados, pero también de la experiencia del auditor para llevar a promover e impulsar la gestión del cambio.

4. Conecte los puntos

Chambers se refiere a la fragmentación del trabajo de la función de auditoría como una de las de las preocupaciones más comunes de los miembros del comité de auditoría. Resolver el interrogante de: “Qué significa todo esto”. “Algunos llaman a esto “conectar los puntos”. “En otras palabras, si la auditoría interna ha emitido 30 informes de auditoría interna en el último año, ¿qué tan bien controlada creen que está la compañía?”

Ofrecer un grado de confort a los órganos de gobierno y dirección sobre la calidad del entorno de control se encuentra grabado en el frontispicio del edificio que construye la función, sin embargo no siempre la auditoría interna está preparada para ello. Refrescar el enfoque de gobierno, riesgo y cumplimiento de la compañía, puede ser un buen consejo para cambiar el enfoque de la planificación de la función y avanzar en la expectativa.

5. Acompañe las palabras con los hechos siempre

Son en palabras de Chambers, movimientos estratégicos y tácticos que pueden ser vistos como iniciativas de transformación de la auditoría interna pero que en definitiva lo son de una nueva definición del entorno de control.

En este camino la clave es disponer de una visión a largo plazo. Saber a dónde se dirige, dónde se encuentra la meta. Con el horizonte claro los hechos van a demostrar este nuevo movimiento.

Ahora es el momento de la transformación, pese a haberlo intentado en el pasado. Centrarse en el valor de una función clave para organizaciones que quieren ganar el futuro.

Fuente: José Luis Blasco, socio responsable de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento de KPMG en España